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EL AS DE DESCARTES.

18 mayos las flores de María. Dieciocho brotes tiernos. Vivos y morenos; aunque, de tan tempranos, sin el tiempo del sabor.

La misma tarde que le besé, la traicioné.  Preferí declararme al invierno misterioso y diabólico que también asistía al party, con la madurez perversa que pueden imaginar.

Una competición imposible de ganar por la doncella. Tras el fiasco sufrió su particular “Muerte en Venecia”. Los dioses me castiguen.

Afortunadamente, años después, regresó la primavera. La encontré en el esplendor de Junio y, Fausto volvió a requebrar las cerezas; ahora sí, encarnadas y sabrosas.

Los ojos le tintinearon al ver la luz, pero se dijo: ¡CUIDADO! ¡RECUERDA! ¡ES GAS!

 

Nota.- No tengo perdón, pero la he querido siempre.

VER LA NARRACIÓN COMPLETA EN “MANZANAS DE HIEL Y MIEL”

Relato “MIS TRAICIONES”.