A este respecto, y por cuanto tiene de actualidad que nos afecta e interesa prevenir, el autor sigue al Freud que, desde hace más de un siglo, señaló la dinámica perversa que puede darse en las triadas familiares cuando falta “una de las patas nucleares”. En este caso, entre madre e hijo en ausencia de padre. Recordemos que el tercer término es el que separa a la madre del hijo o hija posibilitando que crezca como individuo independiente y afirmado en la realidad. En palabras de los psicoanalistas: “El padre es el mundo”.
La falta de autoridad paterna poniendo límites -complejo de Edipo- tiende a degenerar en relaciones fusionales de dependencia mutua. Personalidades confusas y ambiguas, habitualmente bipolares y fácilmente manipulables. Visconti usa los personajes del primogénito caído en combate, la viuda de guerra, el hijo incestuoso y pederasta, más las ambiciones de poder del resto de miembros de la familia high class -en alianza con los segundones desposeídos o bastardos ( tío, primo, Hitler…)-, para metaforizar la causa del conflicto bélico. Una tesis simplista.