Al genio psicológico y filosófico de autores como Sigmund Freud, Jung, Friedrich Nietzsche, René Girard o Paul Diel, entre muchos otros, debe la humanidad que estemos desgranando enigmas importantes que sin ellos permanecerían incordiando en las sombras, incapaces de entenderlos.
Émulos de los asombrosos descubrimientos científicos en los campos de la física y la química auspiciados por Arquímedes, Galileo, Copérnico, Newton, Einstein, la tecnología aeroespacial y militar, la informática o la biología y la medicina, fueron maestros en ir más allá de las apariencias y los síntomas a fin de desvelar las verdaderas causas.
No ha sucedido igual con la política o la sociología atascadas centenares de siglos atrás en Sócrates, Confucio, Platón o Aristóteles, con efímeros chispazos de luz en Tocqueville y Marx, Weber, Durkheim o Sloterdijk en la actualidad.