El viaje a tierras mayas de un profesor universitario desencantado de la sociedad y próximo a la jubilación que se ha inscrito en una misión de cooperación internacional con comunidades indígenas huyendo de una ruptura sentimental. Busca aquietar su espíritu soliviantado y le esperanza encontrar en esa antigua cultura modelos de convivencia más acordes con los ideales humanistas y naturales a que aspira.

La trama oculta que, en realidad, es un regreso y que lo impulsan otros motivos. Sus expectativas resultan alteradas por la presencia de nativos luchando por defender la identidad frente al sin fin de presiones mercantilistas, comandados por una vigorosa líder, de nombre Lucía, con la que inicia una tortuosa relación. Una mestiza cuyos pensamientos y comportamientos singulares, opuestos a su visión racional de las cosas, le reavivan conflictos emocionales, al tiempo que lo introducen en la complejidad idiosincrásica y mitológica yucateca. En la relación de alta intensidad que establecen, el psiquismo de ambos queda atrapado en la maraña de los conflictos individuo/colectividad, cuerpo/mente y deseo/voluntad… Pese a contar con poderosas herramientas intelectuales y profesionales, caen en un estado de vulnerabilidad que amenaza con desestructurarles la personalidad.

Manzanas de Hiel y Miel

Relatos Erótico-Poéticos I (2016)

“Jimena era una real hembra de jaguar. Como tal, se resistió a mi asedio bobo, bestial, de más que lobo. Una jaguara manchada y sin mancha hasta que, gallo espolonado, llegué yo. El amor entre los dos se dio porque ella había visto “Lo que el viento se llevó’. Se sentía, y con razón, Scarlata O ‘Hara. Se topó conmigo, un psicólogo escupido de la sociedad. A la sazón, su Rhett Butler particular, por obra y gracia de Cupido. Resistió durante meses un asedio personal poético. Tenía una feminidad propia de mayo reventón digna de un Sultán, que ni ella misma podía sujetar. Físicamente, Sophía Loren”

Quienes dispongan en su mesilla de este segundo volumen de relatos afectivos del Caballerito de Azkoitia, tendrán a mano bebedizos de la clase de mujer que más deseen, sea energético con taurina, o infusión relajante. A los efectos, silueteo diecisiete damas tratadas por este profesor, más “Un Amor de Libro”, al final.  Seguramente, el mejor de todos. Relato exclusivo de La Guantanamera, escritora en ciernes, a quien agradezco el siguiente prólogo, junto a su apoyo y colaboración:

“Mi amable Profesor. Gracias por la invitación a prologar su segundo libro de relatos sentimentales. De merecer el honor, sería por la cantidad de horas felizmente gastadas conversando sobre lo divino y humano suyo. Me comentó que sería el último porque deseaba cambiar de tema. No le creí. De hecho, pensé que, en los seis últimos años, en pocas ocasiones más le había visto tan ilusionado con un proyecto. Y eso que siempre peca de entusiasta y se enamorisquea de cada relato que escribe. De cada palabra que encuentra con la sonoridad acorde a la emoción del texto. Está en su estado ideal, así que he apreciado la cita de Flaubert que aparece en el periódico de hoy: La inepcia consiste en querer concluir. Creo que preferiría seguir contando mil y una historias. Inventando. Paladeando cada semejanza que descubre con sus experiencias vitales mediante el simple gesto de enchufar la televisión para ver sus adorados documentales, películas clásicas y óperas. Por no hablar de las noches que mal duerme, levantándose una y otra vez a grabar los sueños o las ideas incesantes que le asaltan durmiendo. Desde luego, disculpe, si le digo que lo prefiero yo. Aunque no me deja ni abrir la boca, cuando llega a nuestro café del jueves -absorto en sus vorágines- estoy deseando que me diga que va a empezar su tercer libro de relatos personales. No me importa que contengan mentiras. En alguna parte de su mente han sucedido de verdad y hace que me los crea todos y disfrute con sus peripecias de charlatán filibustero. Sé que sería capaz de protagonizar cualquiera de ellas. Estas fantasías son, para mí, su mayor virtud. Las que descubren el ser sensible debajo del caparazón. El amigo de sus amigos, el amante incesante de su traidora, el eterno Peter Pan a la deriva, si carece de un trozo de pan femenino cerca de la boca…”

Reconstrucción de auto ficción del momento histórico de resistencia general al franquismo protagonizado por un grupo de eibarreses entre 1948 y 1984. Profundiza las cuestiones de fondo que convulsionaron la sociedad vasca a uno y otro lado de la muga. Muy especialmente, el papel jugado por la Iglesia y los religiosos que se unieron a ETA, la ayudaron y legitimaron intelectual y políticamente sus acciones. También, el adoctrinamiento de los jóvenes en el mito de la Republica idílica por parte de las organizaciones nacionales clandestinas, perdedoras de la contienda bélica, e insertas en las corrientes internacionales de la guerra fría. La trama recoge la postguerra civil sufrida en Euskadi y el intenso cambio social generacional vivido, representando las vidas cotidianas de tres generaciones. Es un thriller basado en hechos y personas reales, con media docena de personajes principales encarnando los distintos puntos de vista del llamado conflicto vasco. La represión cultural y de libertades, y los diferentes grados de compromiso a que dieron lugar, incluida la militancia en las dos ramas de ETA. El lector tiene que descubrir quién o quiénes forman parte de un comando legal que prepara un atentado contra un importante miembro de la Iglesia, a fin de provocar desestabilización y torpedear la reforma democrática. La novela crea la tensión de averiguar su identidad y de si lograrán sus objetivos. En el trasfondo, la dialéctica de exclusión de los grupos entre sí, a través de la historia. Particularmente, entre peninsulares.

En general, cada grupo social considera adversario o bastardo al otro. Todas las partes implicadas se consideran víctimas, chivos expiatorios. Una considerable cohorte de vascos, sintiendo estar siendo negados como pueblo por los Estados español y francés. Los oriundos sin apellidos euskérikos, empujados al Síndrome de Estocolmo a fin de no resultar estigmatizados. Cada partido político señalando al contrario de equivocado o ilegítimo. Muchos españoles tratados como extranjeros, etc… Los protagonistas representan el tipo de conciencia e intereses particulares que dificultan ver con objetividad el mundo y derechos de los demás. Al igual que hiciera Stepan Zweig con su obra “El mundo de ayer”, Aberrigabeak retrata Euskal Herría ayer.

La idea argumental narra las relaciones que hubieran podido darse entre dos personas adultas, mutuamente atraídas, si se hubieran reencontrado luego de 25 años. Narra principios casi imposibles sorteados imaginariamente hasta hacerlos factibles. Las estaciones son contadas al ritmo de las emociones y el sexo en cada una de ellas. Un viaje ficticio en el que el autor, un varón felizmente casado, rememora sus deseos de aquella mujer de gracia que, por lealtad, dejó sin tocar.

El reencuentro aconteció inesperadamente un día irrelevante cualquiera. Y en un lugar también inesperado. El supermercado de otro pueblo distinto del mío, que apenas frecuento, de nombre premonitorio: Eroski, muy popular en la zona. Aquella tarde trataba en vano de encontrar tintas para la impresora cuando a pocos metros, percibí lo que podían ser sus particulares y recordados rizos caoba. Digo percibí, sin que deba descartar que quizá la oí. Estaba de espaldas. Hablaba con una dependienta. Sobresaltado por la posibilidad, azucé mis ojos sobre aquella forma y con celeridad mi cerebro concluyó que efectivamente era ella. La mujer que veinticinco años atrás había retratado en mis tiempos de fotógrafo aficionado y de la que siempre guardé un resumen de memoria: natural alegre y calmado, rostro y cuerpo bellos y armoniosos, calidez inteligente en la mirada y el atisbo de deseo sexual fijos en mí desde la primera vez que la traté cuando ella vendía libros y discos en una céntrica tienda de mi ciudad de nacimiento. 

La llamé por su nombre y, sin embargo, se oyó ¡TE QUIERO!, haciendo que los clientes tornaran la cabeza extrañados.