El film aborda varios enfoques al alimón. Las vidas y relaciones de una familia de clase media, por mor de regentar un restaurante con clientela, los roles y posiciones sociales que mantienen varones y mujeres en la casa, los matices en la concepción de la sexualidad que distinguen a tres hermanas (dos casadas y una soltera) en función de su gap de edad, la separación sociológica entre el mundo rural de vietnam del norte y las grandes urbes. Hanoi o Saigón en Vietnam del Sur.
Todo cuanto se muestra en el relato hace aflorar nostalgias por lo que perdimos de autenticidad en Occidente durante los últimos siglos. Puede resumirse de forma precisa sin necesidad de extenderse mucho: LA TRANQUILIDAD DEL ORDEN ESTABLECIDO, muchísimo más cercano al natural que el actual.
Produce gozo transpirar y palpitar al ritmo pausado que marcan planos y secuencias. Dejarse llenar por el color y calor de los diálogos, hacer propios los sentimientos de gozo o dolor que viven los personajes. Rápidamente nos vienen a la cabeza un sinfín de obras de quienes tuvieron la fortuna de existir en El mundo de ayer retratado por Zweig o Chejov en La gaviota. O mismamente, El amante chino de Marguerite Durás, El cuarteto de Alejandría, La noche Bengalí, Pasiones en Kenia, Memorias de África, Palmeras en la nieve, Indochina, etc, etc…
Ciertamente, las clases burguesas del XIX, intelectuales, clero y militares coloniales incluidos disfrutaron del paraíso; muchos, sin ser conscientes de ello. No hay más que leer sus novelas o biografías. Nada que ver con el stress y la ira actuales, que alcanza a quienes no lo hacía entonces. Desde luego cabe objetar que “de aquellos barros estos lodos”. Las semillas del diablo comunista presentes en las clases desposeídas sembradas por el mercantilismo imperialista. La ley del mundo. Siembra viento y recogerás tempestades. Mas, en este planeta, es imposible hacerlo sin briznas de aire que las mezclen y esparzan:
“Sembrador que has puesto en la besana tu amor,
el trigo de mañana será tu recompensa mejor….”
Centrando la reflexión, comentar el gran acierto del film. La presencia equilibrada de cuatro hermanos, 3 hembras -ruego se permita esta expresión naturalista de clasificación, por cuanto radicará en ello mi análisis- dos de las cuales están emparejadas con sendos varones, mientras que la tercera y el cuarto, más jóvenes, justo salen de la adolescencia.