Así pues, prefiero ser conspiranoico, antes que no reconocer nuestro estadio de ignorancia y desidia supina. Pienso que no es casualidad que la humanidad, tan proclive a lucir sus conquistas catalogando en albumes con nombres sonoros (Ilustración, Renacimiento..) las etapas relevantes de su existencia como especie (edad de piedra, juventud, madurez, etc) ignore referirse a una de las principales que, en mi opinión, acontece ostensiblemente y nos describe con precisión. LAS ERAS EMOCIONALES DE LA HUMANIDAD.
Es tan evidente que la echo a faltar, preguntándome el motivo de que no dispongamos de tal clasificación. Sería muy útil. De la misma manera que clasificamos las épocas basándonos en sucesos históricos relevantes ( edad moderna a partir del viaje de Colon, edad contemporánea tras la revolución francesa..) o en logros tecnológicos(edad de fuego, primera revolución industrial, etc) estaría bien clasificarnos por los ciclos emocionales que atravesamos como especie. Recogerlas y enseñarlas, nos permitiría hacer predicciones, puesto que son ciclos bastante lógicos, pese a su aparente azar.
Una serie bastante regular de conductas esperables que -y esto es lo importante- caracterizan y afectan a la inmensa mayoría de personas y países, y por tanto tendría interés para las elites que gobiernan, además de que serviría para entendernos y entender tanto las maravillas de que somos capaces como las atrocidades en que incurrimos a cada poco. Como digo, tiendo a pensar que es un hecho que, Billy Gates, Soros, Xi Jing Pin y compañía, seguramente, conocen y tienen en cuenta, pero ocultan. Voy a tratar de enumerarlas y describirlas.
Comencemos fijándonos en el uso general de clasificaciones de que hacemos gala.
Describimos al planeta citando las fases que atraviesa: pleistoceno, cretácico, etc.. Se habla a conciencia de la distintas épocas religiosas: animismo, politeísmo, monoteísmo… Razas, animales, plantas, anatomías, desarrollo craneal y de masa cerebral en los homínidos, enfermedades físicas y psíquicas.. Todo es descrito pormenorizadamente. Lo descriptivo es el punto de partida del conocimiento, fundamento previo a poder explicar causas y consecuencias.
Pues bien. ¿Recuerdan alguna taxonomía precisa que refleje clases de conductas de especie, similares a como se hace calificando los individuos (psicosis, neurosis, etc…
¿No creen que lo de los Palestinos y sus hermanastros israelíes, lo de Rusia y Ucrania y miles de casus bellis semejantes lo requeriría?
¿Les parece normal que luego de 15.000 años de supuesta civilización se siga bombardeando ciudades repletas de civiles?
¿Qué sensatez o insensatez biológica o psíquica hacen posible su continuidad?
¿Acaso no se parecen todas las guerras? Biafra, Congo, Guerra civil española, Japón y China; Corea, Vietnam, Inglaterra y Francia hasta hace bien poco, Serbia, Croacia, Bosnia, Irak e Iran…
La lista es infinita e incesante. ¿Qué denotan tales comportamientos recurrentes mas allá de los intereses que mueven a los precursores?
¿Cómo llamar a ese fenómeno universal? ¿Nos quedamos en algo tan simple y genérico como “locura colectiva” o los 4 jinetes del apocalipsis?
¿Debe bastarnos el recurso al cerebro de reptil como causa de los desaguisados? Personalmente, me exijo mejores explicaciones.
La hipótesis que manejo es la siguiente:
Aunque de primeras pueda parecer excesivo simplificar tanto, a efectos ilustrativos, sostendré que en lo emocional, las edades atravesadas por el hombre se reducen a dos:
1.- EDAD DE NECESIDAD
2.- EDAD DE ABUNDANCIA (ésta última, alcanzada hace escasamente menos de un siglo).
Tienen carácter pendular. Las perfilaré grosso modo y será suficiente.
EDAD DE NECESIDAD. Sus características son conocidas: las fuerzas de la naturaleza reinan sobre la tierra. Hombres y resto de animales están a su merced y al albur del azar. Casi la única ley que impera es la de la selva. La filiación parental y la tribu son las únicas opciones de encontrar protección y altruismo ( ley, también, de “gen egoísta”, según los bio-evolucionistas. Ver Wilson, etc..) Para la inmensa mayoría de las poblaciones, fue así hasta el siglo XIX y, globalmente, sólo superada en el XX -aun hoy día con grandes bolsas pendientes de lograrlo en el llamado tercer mundo-. Lo que nos interesa es deducir el tipo de personalidades esperables en semejante contexto. Fácil. La expresión “comer o ser comido” lo resume perfectamente. Traducible en agresividad (avaricia) o huida (ascetismo). Con algún principio incipiente de cooperación que, posiblemente empezó con el intercambio de mujeres. Ver Lévy-Strauss y los estructuralistas, Tótem y Tabú de Freud o los famosos naturalistas y antropólogos surgidos al socaire de la extensión de los imperios coloniales (Frazer, Humboldt..). Sobre todo Español, Inglés y Frances, con Alemania más tardíamente, en lo que a Occidente se refiere. Japón y China en Oriente. Mayas y Aztecas en América, etc.. Dejando aparte a Persia, Grecia y Roma, naturalmente; que les precedieron.
Con semejantes limitaciones, la conclusión es obvia. En este reino, el cerebro de reptil es el comandante en jefe de cada sujeto. “Primus vívere, denda pfhilosofare”. No puede esperarse de ellos sino canibalismo y aniquilación tal cual hacen los animales en mares, desiertos, bosques y sabanas. Excepcionalmente, ayuno y cilicio
Esta es la edad que estamos a punto de dejar atrás. Mientras persista, seguiremos siendo animales de bellota. Cerdos salvajes, para bien y para mal. Entremos ahora a analizar el próximo reino que está anunciándose. Veamos sucede con la personalidad esperable en los individuos del REINO DE ABUNDANCIA.
Obviamente, en este nuevo dominio, la mayor parte de las necesidades están cubiertas. Con todo lo importante que puedan ser, apenas quedan restos de incertidumbre; el mayor de los cuales es la persistencia de la muerte, antecedida de enfermedad. La práctica totalidad de las personas -del llamado primer mundo, al menos- se dedican al ocio acercándose a los goces que disfrutaron las élites palaciegas de antaño. Con sus vicios parejos. La banalidad del botellón a escena. Del turismo de consumo y las colas infinitas. “No habrá revolución, se acabó la guerra fría ¡Que viva la gastronomía!” que cantaba Sabina. Sexo, Salsa y Rock and Roll. Sodoma y Gomorra con mafias y Torrentes “apatrullando” la ciudad.
No necesito detallárselo más. La agresividad será sustituida por la pasividad holgazana. La decadencia espiritual trascendente de Occidente reemplazada por el materialismo más grosero. ¿El advenimiento, al fin, y sin trampa, del elegíaco slogan comunista: DE CADA CUAL SEGUN SUS APTITUDES. A CADA CUÁL SEGÚN SUS NECESIDADES”?. Extinción de las hormigas a manos de los robots. ¿Con las necesidades cubiertas y los deseos satisfechos, terminarán las guerras o persistirá el reptil? Es la esperanza a la que queda agarrarse.
Pero no seamos demasiado optimistas porque caigo ahora en la cuenta de que, de alguna manera, la adicción sin traba al goce de los denostados pecados capitales supondrá otro reforzamiento de la animalidad. ¿El eterno retorno?. El fallido movimiento hippy mostró que “Make Love, not War” no bastaba ni funcionaba. La violencia reaparecía y ninguna comuna sobrevivió a la utopía de Thoreau y adláteres.
Permitan aquí una breve digresión sobre el motivo de aparición de los ermitaños que tuvo la historia, tipo a los eremitas. Zelotes, esenios… Frente a las carencias propias del reino de la necesidad, calificable igualmente de “reino de la necedad”, había dos opciones. Agredir, robar y expropiar los bienes ajenos a costa de matar, o bien, huir a las cuevas y practicar la abstinencia extrema. Sobrevivir a base de abstinencias alimenticias y mundanas. Autoflagelarse. Sublimaciones admirables que experimentaron los místicos cristianos y los santones hindús con resultados regulares. Esa solución extrema e inhumana no podía competir con la depredatoria y pereció enseguida.
Así pues, la personalidad esperable en las décadas siguientes será de corte aquiescente. La abundancia como opio del pueblo. Opuesta a la actual. El que agreda lo hará por vicio, si se me permite la expresión. Y les aseguro que no lo descarto. Seguiré desarrollando si esta posibilidad puede darse. El precursor film SHOW GIRL lo constata en el personaje del guapo músico violador sin necesidad.
Lo que nos introduce en la segunda prevención y derivada a tener en cuenta. Con la I.A. atisbamos, de nuevo, la amenaza de la estupidez apareciendo en el horizonte. Pero de esa, hablaré en una próxima entrada cuando comente la sin par película EX MACHINE y resto de films de ciencia ficción.
Confío en haber sido suficientemente gráfico. Tanto que sirva para ejemplificar el por qué continúa pasando lo que pasa, para escándalo de las mentes bien pensantes acomodadas.
Pueden ampliarlo leyendo libros ad hoc como “Génesis” de Edward O.Wilson. Afirma que las creencias religiosas y las cuestiones filosóficas se pueden reducir a componentes puramente genéticos y evolutivos, y que tanto el cuerpo como la mente humana poseen una base física que obedece a las leyes de la física y la química. Génesis sugiere que el único modo que tenemos para comprender el comportamiento humano es estudiar las diversas historias evolutivas de las especies no humana.
En otro libro innovador, “Captando Genomas. Sobre el origen de las Especies”, Lynn Margulis y Dorion Sagan presentan una respuesta al único misterio de la evolución que Charles Darwin no pudo resolver: la fuente de la variación heredada que da origen a nuevas especies. Arguyen que la mutación aleatoria, que durante mucho tiempo se consideró (sin llegar a demostrarse) ser la fuente principal de las variaciones genéticas, tiene una importancia sólo secundaria. Al parecer, mucho más significativa es la adquisición de nuevos genomas por fusión simbiótica.
Yo aún voy más allá. Lean mi libro “EL SEGUNDO CEREBRO”
FELIZ 2024