Seleccionar página

¡ERES TU MAYOR ENEMIGO! AUTOCONTROL 

-Película «El Prestigio»-

(También titulada: «El Truco Final») 

De las escasas veces en que el séptimo arte logra ser y hacer lo que es:

¡Pura Magia!

El metraje es una impactante y sutil metáfora visual de las luchas diarias contra nosotros mismos y las presiones familiares y sociales (Sociedad Criminal, S.A.) que nos exigen escalar ochomiles calzados con chancletas y sin proveernos de los pertrechos para semejantes empresas: formación especializada, contactos (concepto de «Capital Social»), inteligencia emocional (autocontrol, recompensa esfuerzo/mérito..), estímulo a la vocación, proyectos a largo plazo, etc… cual sucede al habiendo nacido en estratos sociales humildes, por muy dotado que llegues al mundo.

¿QUIÉN PUEDE HACER MAGIA sin esos aperos necesarios para escalar las exigentes montañas sociales que otorgan poder y prestigio?

Ver al respecto sendos ensayos míos: “LA SOCIEDAD CRIMINAL” y “LA SOCIEDAD CONTRA EL INDIVIDUO”. Ver también las teorías de «Movilidad Social» que comúnmente denominamos Ascensores.

Asimismo, saquen de su memoria los perfiles de los miembros de las élites y los lobbies. Recuerden quiénes suelen ser y cómo se reproducen. A menudo, personajes presentes en las revistas del corazón y la moda, la televisión y el cine, etc.. Cómo cuentan con información privilegiada anticipada sobre decretos políticos previstos en los que invertir (planes de energía, innovaciones tecnológicas o de modernización de las administraciones públicas, fuerzas armadas, nuevos planes de educativos…) Cómo, incluso, en muchos, sus recursos financieros les permiten aprovechan hasta las pandemias y catástrofes para invertir y medrar.

El film es una reflexión aguda contra el reflejo en el espejo o la sombra que nos sigue o antecede incesante de forma pesada, lo mismo que a favor de la ilusión de poder pisar la hierba mítica del país de las maravillas, los misterios fundadores del cosmos. La tentación del éxito, la tentación de Tántalo de comer en la mesa de los Dioses.

Cuál se nos repite durante la proyección: ¡Estén atentos!

Para conseguir acontecimiento tan difícil, qué mejor que servirse de una historia con prestidigitadores.


Quizás sea por esto que  el género de lo fantástico triunfa tanto. Desde Harry Potter hasta los títulos de ciencia ficción.

iAquí, contamos con un guion excepcional que, de principio a fin, nos confunde acerca de lo real y lo irreal, la verdad o el truco, incluyendo a las identidades de los esforzados caballeros de la chistera, los grandes protagonistas. Una profesión de artesanos-artistas con grandes conocimientos de ingeniería y técnicas de comunicación, actualmente y por fortuna, muy revalorizada, según observamos en los realities con éxito de audiencia: Got Talent, espectáculos propios, etc..

Ambos personajes, aunque ubicados en la Inglaterra Victoriana, continúan siendo un trasunto de cada congénere contemporáneo y los deseos que tenemos -inducidos o innatos- de alcanzar elevadas metas en la vida y el subsecuente prestigio social que llevan aparejadas junto con elevados ingresos. Metas que pueden acabar obsesionándonos e  hipotecándonos, en la medida en que, por conseguirlas, seamos capaces hasta de vender el alma o matar a quien nos lo impida.

Sin duda, el gran acierto del film. Sumergirnos en una trama llena de trampas. En un laberinto de identidades y realidades filocuánticas creadas por los magos en sus números ilusionistas.

Y en sintonía perfecta con el argumento, asistiremos maravillados al duelo de interpretaciones del elenco que el director de culto y oscarizado Cristopher Nolan ( Openheimer, Orígen,  etc..) propone a actores y actrices.

De enorme dificultad y mérito los trabajos de Hugh Jackman y Christian Bale junto a los de Rebeca Hall o Scarlett Johansson , intérpretes angelicales de «La Promesa» 2013, «La joven de la Perla» 2003, «A Good Woman» 2004 más la actuación luminosa de Piper Perabo.

Con el regalo inesperado de que, por fin, podamos ver atisbos de diversidad de registros en el hieŕatico Christian e, incluso, en el gélido David Bowie representando a  Nicola Tesla, uno de los padres de la electricidad.

Terminaré la crónica elogiando al gran cine. Temas existenciales de enjundia como los tratados en esta pelicula (pasiones vocacionales, competitividad, artimañas, ingenio, resentimiento, venganza…) resultarían indigeribles de no contar con ingentes recursos de producción. Tramoyas hiper realistas y complejas, documentación profusa, dirección creativa capaz de relacionar eventos históricos  y conflictos morales, vestuario ad hoc, secundarios de altura, banda sonora, etc…
La diferencia entre crear obras dignas del séptimo arte con mayúsculas o los pedruscos infumables de Ingmar Bergman durante los setenta.

Véanla cualquier tarde de domingo que salga desapacible. Con calma y comiendo palomitas tranquilamente, si les place. Sientan a las tripas revolverse entre inquietas y satisfechas con el menú doble.

Saboréenla, al tiempo que piensan sobre las acechantes flaquezas cotidianas.

«Quien esté libre pecado que tire la primera piedra»

…Pero recuerden que todos somos Jano y Fausto…

Quedamos advertidos… ¡O autocontrol o autodestrucción!

¡ GUÁRDENSE DE LOS IDUS DE TENTACIONES DE PODER Y PRESTIGIO A ULTRANZA !

 

Si aun no están convencidos, les invito a leer dos obras capitales del conocimiento: «Simbología en la Mitología Griega», de Paul Diel, o los trabajos sobre «LA SOMBRA» de Carl Jung o Stanislav Grof; singularmente, el libro «Encuentros con la Sombra»