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POEMARIO

A DAISY. EL BESO DISTINTO

A DAISY. EL BESO DISTINTO

Osé cruzar un desfiladero guardado por monjes guerreros.
Abrí los labios para respirar un hambre de meses, y entró una bocanada de océano tranquilo. Lengua de yegua chúcara, achocolatada y brujulada, repentinamente mansa y orfebre de exquisito vino.

VERSOS INCONFESABLES A IRENE KORÉ

VERSOS INCONFESABLES A IRENE KORÉ

Koré, Yambé y Junio -Recreación ensoñada y libre del mito-   Un astro. ¡Debieron bautizarla Lucía! Un astrolabio signa mi rumbo oceánico de despedida del mundo.   Sin haberlo probado, siento el licor de caña exprimido; la luna mesoamericana anunciarse.  Lleno de...

LA POETISA VIAJERA

LA POETISA VIAJERA

ARANTZA GUINEA , LA POETISA VIAJERA Coincidimos en el Stand de Escritores de la feria del libro de Bilbao, 2023. Firmábamos  nuestros respectivos libros e  intercambiamos los ejemplares.Camaraderías de colegas de hobby. Nos caímos bien. Hasta ayer domingo,...

POEMARIO EXPOSICIÓN JAIBERRI. Durango, 2010.

NUDO Y DESNUDO.         1.-  ENREDANDO  Como un pez… Ilusionado en el centro de la pecera... …desdichado en los bordes   In v á l i d o Almendras de distinto tamaño querían mi mano. Tan iguales que la indecisión, me dejó manco.   Muerte natural ¡Ay,...

¡JA SOC AQUÍ!  Decíamos ayer…

¡JA SOC AQUÍ! Decíamos ayer…

“Ja soc aquí” ( no sé si está bien escrito) que debió exclamar Tarradellas al volver del exilio franquista; o el “Decíamos ayer” del Fray Luis de León -creo- al volver a impartir docencia tras el largo presidio inquisitorial al que le sometieron por resquemor y envidia. Yo, parecido. En mi caso, lejos del blog por “otra ocupación excluyente” en tierras sociológicas “inexpugnatas” -muy poéticas y más prosísticas- de las que escribiré muy pronto. Formidable la experiencia y el balance. Un Club de Poesía creado: “POETAS SIN ESTRELLA” y una Fundación “EL VALOR HUMANO” en ciernes, integrador y sostenedor de personas vulnerables: niños y ancianos.

SUAD, la flor del bosque de arena

SUAD, la flor del bosque de arena

Franquear la entrada fue tal que entrar a una Haima atendida por una pareja de nubios, con ella de fuente central barboteando. Sobre la cabeza, descansando, llevaba acogida un ánfora de cabellos de camello pringados de negra arcilla.

Abrió el trirreme romano de su boca de ébano y desparramó un panal de abejas cantoras africanas que, en fila de a dos, guardaban la entrada a modo de guerreros templarios. Espada de marfil afilada, túnica blanca y la Tau de doble cruz blandida brillando bajo la garganta. ¡Dios mío! pescados inmaculados fulgían. Fósforos de niña recién barnizados.