EXCELENTE BIOPIC. 2022
Hilma Klint. La pintora danesa, fallecida en 1944, que debió lograr el prodigio de encarnarse en Borges a fin de que éste «escribiera» y transmitiera el alma de sus cuadros que no se entendían ni valoraban en la primera mitad del siglo XX.
Puedo imaginar el chute personal de emociones que yo sentiría leyendo los hipnóticos relatos del bardo argentino si el libro llevara anexas ilustraciones con estas pinturas.
2022. Cine femenino y feminista sin ofender -más que sutilmente- a lo masculino. ¡Como debe ser!
Sensitivo. Delicado.
El color de las 4 estaciones de.l.a.mar,
el alma, el mundo y las personas.
Un film inspirado. Guiado, tal vez, por Hilma Klint. Así lo desearía.
El Séptimo Arte acogiendo dentro de sí los 7 soplos divinos: Pintura, Música, Arquitectura, Filosofía y Fotografía más la creación que encabeza lo natural. Lo Femenino. (La mujer, si hacemos referencia a la especie humana)
Creerán que me he olvidado dos de las artes. Pero no. He dejado las más prodigiosas para el final. Porque junto con el mar, constituyen el hilo y la aguja que enhebran Aleph, Alfa y Omega en la película: Matemática y Geometría.
¡Descubran a Fibonacci dando vueltas de principio a fin!
.
Son varias las veces que, en los diálogos, la artista y sus colegas hablan de que no comprenden el significado de lo que Hilma pinta, arrastrada por los trances y visiones a las que que el grupo entero es muy dado; fans como son de las teorías espiritistas de Mesmer y Rudolph Steiner.
Viendo las obras he pensado que debo estar rayando al maníaco del chiste aquel que consulta al médico porque veía sexo hasta al sacar una moneda del bolsillo. Créanme. Miro los lienzos y veo vulvas por todos lados, trompas de falopio, menstruaciones, úteros, huevos, etc..
Sabiendo, además de su orientación sexual, parece verosímil que sintiera esa clase de motivación pictórica y fuera fácil deducirlo. ¿?
¿Será grave esto mío?
Fotografía, vestuario y ambientacion de época excepcionales.
La sociedad, como siempre: Sociedad Criminal, S.A.
¡Vean la peli! Dinamarca tiene su qué…
Y en aquellos años veinte, no olía a podrido, sino a flores
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