VADE RETRO, DORIAN MARX. NOT “TOO ME”
Les juro que no lo hago aposta. Sucede que, vea la película que vea -realizada en la última década- siento el aliento Me too en la vista. Esa especie de Dorian Grey femenina, marxista rediviva -sin la inspiración de Wilde-. Da lo mismo el género que escoja para mi solaz de viernes o sábado invernal. Comedia, Thriller, Aventura… ¿Desvarío y sigo sangrando por la misma herida, o tengo el don de pillar al vuelo a los impostores vendedores de élixires? ¿O simplemente, es que tengo muchos años?
En este caso, quise relajarme con un sucedido, supuestamete verídico, de piratas. Prometía.
¿Y que encontré? Cine comunista y feminista griego del 2012. Puedo adivinar qué líneas ministeriales lo financiaron. “Un fantasma recorre Europa” ¡América y otros continentes! Comunismo y Feminismo avanzan. Varufakis y Syriza, para entendernos. Los adalides spartanos que convocaron y traicionaron el referéndum ejecutivo que ganaron. La máxima institución democrática. El último recurso de la soberanía popular. Por imperfecta y mejorable que sea, hasta la fecha, nadie conoce otro sistema de organización política mejor. Se echaron atrás. Y como suele suceder en Europa con esta clase de gobiernos mesiánicos, salvo excepciones, duraron un suspiro. NO PROMETAS LO QUE NO VAS A PODER CUMPLIR. No hagas soñar a la gente de bien, que la hay.
Así pues, no se dejen seducir por cantos de sirenas fraternales cual el que propone, sucintamente, este film. No soporto el tufo que desprende. El mundo recordará la primera mitad del siglo como tonterías idealistas. El intento burdo -y confío que fallido- de asalto al poder de mujeres creyentes en un mundo rosa violeta lideradas por una cohorte de fanátic@s marxistas. Manipulaciones de masas femeninas orquestadas entre bambalinas desde múltiples cancillerías y/o élites para debilitar a los oponentes económicos o políticos. No obstante, a este tsunami violeta y arco iris no le veo visos de continuidad. Semejante ingenuidad caerá por su propio peso y descrédito. Espero que termine cuanto antes, aunque no estoy tan seguro si se implanta la IA que, para quien lo ignore, consiste en pensamiento promedio de masas adornado. Algoritmos estadísticos convencionales, fríos y vacíos sobre el humano medio; y ya sabemos de sus elevados coeficientes intelectuales o nivel de estudios. Una distorsión comercial más de la historia.
Les prevengo que el caramelo viene bonitamente en envuelto no como acostumbraban los profetas y pseudoprofetas catastrofistas de antes de Cristo. Han cambiado de táctica. A tanto voluntarista y buenista actual les recomendaría leer “Normas para el parque humano” o “Los enemigos del comercio”. Más de uno quedaría vacunado de por vida contra “to er mundo e güeno” Dos libros imprescindibles, en mi opinión. Permitan que no les haga el spoiler. La trama algodonosa de la película te mantiene interesado, pero es imposible de creer. Casi Corín Tellado. Con ramalazos LGTBI. Juzguen Vds. En pleno auge del clasismo aristocrático de raíces e inspiración victoriana, el pirata es recibido en corte, lleva a vivir a su casa a la prostituta. El padre se desentiende de la hija. Las madres dejan alegremente a sus vástagos sin muestras de dolor. Las mujeres dirigen los negocios y se rebelan a los pater familia. El mundo al revés en pleno 1790. Si esto no es “blanqueado de cerebros adultos” lo parece. Infumable.
Varvakis, el pirata griego protagonista es un santo, cuyos borrosos orígenes y prácticas apenas se esbozan. Desde su caida en desgracia y posterior rehabilitación regia pingüe, vive regido por ideales caritativos. Cierto que Mecenas filántropos de éstos los que ha habido a cientos. Lo que no desdice la verdad antigua de que “una golondrina no hace verano”. Por supuesto, el galán es superguapo -SEBASTIEN KOCH-. Hasta ahí no llega la revolución feminista. De verdad les digo que ni en Reyes estoy para cine de adolescentes.
Se lo resumo. Un refrito más de Ulises. Personajes estereotipados hiper burgueses. Grandes salones y vestuarios barrocos de envidiar. Tampoco en esto los feminismos de salón hacen la revolución. Cine en serie. Bien interpretado y guionado, pero sin alma. Cine de sacristía emocional. Retórica. Mera Liturgia. El hombre nunca ha sido tan bueno. Por eso me gustan los directores descarnados como Verhoeven.
A este paso, reniego del agujero negro existencial al que, lúcidamente, nos conduce Sloterdik destapando el fondo oscuro e indeseable del humanismo y, por desesperación frente al vacío y la cobardía de tener que aceptar que el mundo es una jungla infernal, me agarro de nuevo al clavo ardiendo de la ética cristiana que abandoné a los doce años. Regreso con Juan Manuel de Prada a comulgar con esos principios inviables de tantos siglos. Más vale cristianismos malos conocido que comunismos buenos, islamismos y protestantismos liberales que conocer. De momento, voy a leer su última obra: “Raros como yo” A ver si recibo la iluminación que me ha abandonado antes de que me dé por repetir tristezas de tipo budista o místico. Porque ¿eso es vivir? Prefiero quedarme sin cerebro.
Siempre habrá élites y mercaderes del mal ajeno. Y puesto a tener que elegir entre todas esas utopías, mal que me pese, escojo la cruel e injusta liberal. NO ME PREGUNTEN.
P.D. Por qué será que cantidad de escritores somos comentaristas de películas. ¿La fascinación sin par del relato audiovisual? ¿La comodidad del relato breve sin la seriedad de la columna periodística?