Seleccionar página

LA RITUALIZACION DE LAS EMOCIONES EN LAS CANCIONES

 

RESUMEN

De manera completamente naturalizada, semiconsciente y ritualizada, las sociedades desarrollan mecanismos expresivos y sublimadores de las energías individuales y colectivas emocionales. Sus grupos e individuos recurren a la escenificación musical de los deseos y las emociones más profundas y elementales en formas de narrativas sonoras y rítmicas con vestuario, maquillaje, gesticulación y letras tendentes a extremas o pueriles. Sentimientos vitales descarnados; afectivo-amorosos en buena parte. Una suerte de especial guión teatral que recoge las preocupaciones individuales y colectivas de modo distinto a las regulaciones sociales generales. Acoge los aspectos socialmente peor considerados de la naturaleza humana: pasiones, debilidades…

En el fondo, la tragedia de no poder expresarlos socialmente más que mediada y subrepticiamente. Uno de los precios más altos a pagar por las culturas humanas. Esconder que nuestros actos no siguen solo principios racionales sino también irracionales. El terrible aprendizaje de los requisitos de la Comunicación: la sujeción de la propia libertad ante la libertad del otro.

 

PALABRAS LLAVE: Sociología Emocional; Sublimación Social; Irracionalidad.

 

………………………………..

 THE RITUALIZATION OF THE EMOTIONS IN THE SONGS

 

ABSTRACT

In a completely naturalized and semiconscious way, ritualized and liturgized, societies develop and apply mechanisms that express and sublimate individual and collective emotional energies. Their individuals and groups go to the musical dramatization of the deepest and most basic desires and emotions in the form of sound and rhythmical narratives with wardrobe, make up and extreme lyrics.

Stark vital feelings; affective-loving in good part. A sort of special theatrical script that covers individual and collective worries and motivations differently from general social regulations. It embraces human nature aspects that are socially considered the worst: passions, weaknesses…In essence, the tragedy of not being able to express them socially, only mediated and surreptitiously. One of the highest prices human cultures have to pay. To hide that our acts not only follow rational principles but also non-rational. The terrible learning of the requirements of Communication: the self-control of the own freedom facing other’s freedom.

 

KEY WORDS: Sociology of Emotions; Social Sublimations; Irrationality.

 

 

LA RITUALIZACION DE LAS EMOCIONES EN LAS CANCIONES

 “La Verdad está en el Bolero” Ana Belén.

 

INTRODUCCION

La vida misma, siempre abriéndose paso como sea. De manera completamente naturalizada y semiconsciente, y ritualizada, muchas sociedades actuales -precedidas por las occidentales-, desarrollan y aplican parecidos mecanismos sublimadores de las energías individuales y colectivas emocionales o de diferenciación; a menudo, de raíz primigenia supervivencial o sexual (Wilson, 1980)[1], aunque no exclusivamente. Lo llevan haciendo desde el principio de los tiempos.

Estamos hablando del recurso universal a la expresión y escenificación musical y sonora de los deseos y las emociones más profundas y elementales en forma de voz, ritmo, vestuario, maquillaje y palabra-letra. Sentimientos vitales descarnados; afectivo-amorosos en buena parte. Una suerte de especial guión teatral capaz de recoger las preocupaciones individuales y colectivas de modo distinto a las regulaciones sociales generales. Capaz de recordar la naturaleza y debilidades humanas (Marina, 2007 y 2011). Aquello tan antiguo de “recuerda que eres un hombre”. El Fénix capaz de hacer renacer en la cabeza de cada persona ”la nación Woodstock”; la emocionalidad humana liberta (Schultz, 1988 : 75-94).

En el fondo, “la tragedia” de no poder expresarla más que mediada y subrepticiamente. Uno de los precios más altos a pagar por las aculturaciones humanas (Castilla Del Pino, 1977). Porque supone que nuestros actos no siguen solo principios racionales sino también irracionales, conforme señalaron tempranamente autores como Pareto (Coller, 2007). El terrible aprendizaje paradójico de los requisitos de la Comunicación: el dolor de la sujeción de la propia libertad, los impulsos, deseos y necesidades, a la presencia, deseos y libertades del otro. La tensión innata a los riesgos de esa comunicación propuesta y necesitada; desnudamente expuesta a la evaluación y decisión del otro, que puede perfectamente no quererla efectuar, rechazar compartir esa emoción y vinculación y, por ende, dañar la individualidad, autoestima, etc.. (Villa y Marroquín, 1995). Esto parece haberse hecho y sufrido desde los inicios, a la vista de los conocimientos históricos y estar -desde siempre- en la raíz de lo que entendemos por humano. El interés para la sociología estriba en que los modos de comunicación de la emocionalidad visualizan, perfectamente, la doble o triple naturaleza del hombre en cuanto que animal, grupo e individuo. Cada una de estas formas parece exigir y tener sus propias reglas de expresión y acción pautadas, consensuadas temporalmente; hechas institución, estructura (Berger y Luckmann, 1995)  (Freud, 2006).

Este artículo focaliza que hay en el humano, un mundo animal difícilmente contenible por las regulaciones sociales. Posiblemente, porque las necesidades de las que dimana son distintas a las resolubles por la convivencia social. De aquí, la infinidad de conductas -considerada o manifiestamente- asociales. Más al contrario, parecen requerir el máximo de individualidad diferencial.

¿Qué canalización social general sería posible efectuar con deseos de antropofagia, por ejemplo?

Del mismo tenor, hay un mundo individual hostil por principio a cualquier uniformación que se pretenda: la imaginación personal, tan infinita como inextirpable.

¿Qué acotación cabe imaginar -sin coartamiento- para la prohibición de pensamiento o de presentación personal: elección de idioma, jerga, vestimenta, tatuajes, etc..? (Goffman, 2009)

¿Quién puede impedir o ahormar los sentimientos… limitar las formas de amar y su intensidad?

Lo colectivo y social de cualquier sociedad o grupo encuentra en estas dimensiones su límite infranqueable; imposible de regular. De aquí, que se expresen original e imprevisiblemente, y deban -o se pretenda- de alguna forma, canalizarse socialmente; de modos imperfectos, siempre. Clandestinizarse o liturgizarse.

Lo que no obsta para que una parte de su exteriorización se realice en grupo e incluso tenga en parte destino grupal, posiblemente; como puede ser la necesidad de compartir colectivamente sintonizaciones identificativas de grupo (Festinger,1954)  o la de exhibir la propia y única singularidad para determinados fines biológicos, de reproducción, dominio, etc.. respecto de otros.

Pero otra parte, puede perfectamente ser de individuo único o de pareja, según su finalidad; sea ésta, estrictamente de índole expresiva intra-individual, o de interacción, etc…

Encontramos que, de modo similar a los recursos materiales y económicos que se buscan y acumulan afanosamente, están los deseados recursos de tipo emotivo: sentimientos afectivos o repulsivos; deseos espirituales intangibles; de comunicación o comunión intersemejantes, etc.. (Onfray, 2010).

Así, ritmos, letras y creaciones artísticas de todo cuño, van a liberar al cuerpo, la palabra y la acción de las emociones y los sentimientos -simples o complejos- que les afectan, bastantes de los cuales rayan lo infantil-primario o están estrictamente prohibidos y no son bien vistos, etc..[2]. Por ello, su diverso lenguaje tiende a multiplicar los dobles sentidos. Las sociedades saben -desde siempre- que están en el propio origen y sostenimiento directo de la sociabilidad, como que contienen enormes fuerzas disgregadoras de la misma.

El artículo va a centrarse en una de las modalidades de expresión emocional más usuales de occidente: la afectiva- amorosa[3] en sus versiones tácitas semi-escondidas. Acorde a lo comentado, señalar que es observable la enorme dimensión que estas expresividades alcanzan en multitud de ámbitos; muchas veces, en el límite de lo pueril o de lo socialmente aceptable. Casi cualquier canción lo reflejará. De modo elemental y directo para los sentimientos aceptados y de forma velada para los reprobados. Descubrir lo sencillo del primer caso o el doble sentido tras lo segundo, no requiere saber de aritmética. Podemos verlo en dos ejemplos de letras típicas al respecto. Ambas, básicas. La exitosa modulación poética básica de Izaro y la sexual oculta de Rocío Jurado.

¿Dónde irá, ay, dónde irá, dónde irá la felicidad?

¿Qué buscará, ay, qué buscará, qué buscará la felicidad?

Se giró y se me quedó mirando, lo juro.

Me guiñó un ojo seguro,

lo juro, lo juro, lo juro.

La felicidad, la felicidad, la felicidad, la felicidad.

La felicidad, la felicidad, la felicidad, la felicidad.

 

SI AMANECE

Si amanece y ves que estoy desnuda,
cúbreme, cúbreme, cúbreme;
cierra la ventana, si no hay luna,
y cúbreme, cúbreme, cúbreme.
Si amanece y ves que estoy despierta,
porque de tu amor aún no estoy llena,
ámame otra vez, ámame otra
con las mismas fuerzas de la primera vez…

 

Aquí, desarrollaremos lo emocional descarnado. Así, decir que los siglos XIX y XX, han asistido progresivamente a la liberalización de las naturalezas animales individuales y colectivas -poco amigas de encorsetamientos rígidos-, y a su desenvolvimiento público masivo. ”El arte lucha contra la cosificación al hacer  hablar, cantar y, quizás bailar a los hombres y las cosas petrificadas” (Marcuse, 1977). La especie reencontrándose con partes negadas de sí misma (Grof, 1994).

El día a día se llena de hilos musicales y productos artísticos, literarios, o televisivos, con contenidos “anormales” normalizados. Como éstos de la canción de Luz Casal, resaltando el deseo y estado de “locura” de la protagonista :

 

LOCA POR VOLVER

Y aún preguntas, 
¿Quién dejó a quién?

¡No fui yo! 
Loca por volver a saber de ti. 
Loca por tener ganas de volver. 

Han alcanzado, además, además, la novedad de haberse integrado exitosamente en la circulación reproductora económica por mor de constituirse en estos siglos la masificación e institucionalización de toda clase de consumos.

Los mercados descubrieron la potencialidad económica de estas motivaciones. El poder reconoció finalmente su existencia inviolable (Bericat,2000)[4] a la vez que experimentó su fuerza distractora limitada a explosiones puntuales fácilmente recogibles en locales y fines de semana o fiestas. De este modo, sentenció, vehiculó y potenció su libre expresión.

Reconoció, también, e identificó los sujetos principales -jóvenes- y sus emociones. Por ejemplo, de modo sostenido y creciente desde mediados a finales del siglo pasado, y exponencialmente hoy día, se ve cómo la mujer se constituye en sujeto histórico en alza, demandando poder expresar emotividades largamente contenidas. De la mano de esta constatación, lleva varias décadas propiciándolo. Los años dos mil musicales, suponen su lanzamiento imparable y ejemplifican a la perfección el slogan de “mujeres al poder”. La representación de ese género en  las corrientes, tanto autoras como consumidoras, es palpable: Madonna, Amy Winehouse, Tina Turner, Lay Gaga…

Idénticamente sucede con las heroínas del cine o las autoras y protagonistas de la literatura de más éxito: “50 Sombras de Grey”, etc..  No basta con apartamentos o clubes, la gente normal también requiere espacios normales, no ocultos donde “soltarse”, liberarse de la normalidad.

La idealización de esas fuerzas se convierte “ex profeso” en maquinaria de propaganda que alcanza incluso a la intelectualidad, vía el postmodernismo ensalzador de lo emocional, largo tiempo descuidado por los militantismos de la guerra fría; la confrontación soterrada entre Capitalismo y Socialismo terminada en 1989 con la derrota estrepitosa del ideal comunista.

Estos hitos históricos marcan, por otra parte, una intensificación del control social consumista bastante vacío de otros valores distintos a la libertad de consumo y hedonismos de fines de semana o espacios privados. La irrupción o consolidación hegemónica de la música disco 24 horas, y letra sentimental ritualizada; alejamiento de la población de los sistemas políticos directos de participación, etc..

Unos ojos y oídos situados en pocas centurias y décadas pasadas -o en algunas culturas actuales- calificarían nuestras sociedades, sin duda ninguna, de Sodoma y Gomorra.

 

PARTE 1ª  LA RITUALIZACIÓN DE LAS EMOCIONES

Sorprende asistir a esta fórmula original y extendida casi inconsciente de regulación social y expresión de las emociones más intensas -y como tal más irracionales- que parecen tener instituidas normalmente las sociedades occidentales[5]. Por ende, sociedades mayoritariamente sustentadas, hasta hace bien poco, en los corsés rígidos de las culturas judeo-cristianas, que han acabado siendo sociedades regidas por éticas de inspiración burguesa capitalista, tan bien descritas por Weber (2012).

Estas formaciones sociales, de herencias pontificales, tuvieron que permitir, sin embargo, unos “agujeros negros” hacia donde canalizar las virulentas emociones universales humanas vividas siempre con hipérbole y expuestas crudamente desde los Vedas, la Biblia, El Corán, etc.. con descripciones ditirámbicas y/o prescripciones tipo mandamientos, pecados capitales y semejantes.

Estas concavidades y fisuras por donde evacuarlas han sido -desde el principio de las culturas- los mitos, narraciones, leyendas y cantares. Todos ellos, de transmisión primeramente oral, mezclada con la fiesta y la música. Después, pintura, arquitectura y poesía. Pero no bastaban. Tuvieron que aparecer Literatura, Teatro, Cine, Televisión…

Secularmente, se conducían mediante manifestaciones de índole comunitaria; mayormente, ligadas a misterios de númen, estados extáticos, ceremoniales, religiosos, etc.. Celebraciones simbólicas, paganas; a la par integradoras o subversivas del orden social (Eliade,2013)[6]. Akelarres, Carnavales… Pero tampoco eran suficientes, porque suponían anormalidad, pecado, culpas… (Castilla del Pino, 1979). El hombre requirió esa libertad; impuso su normalidad, así fuera en fechas, espacios de ocio o medios determinados.

Sucedía con las grandes ficciones narrativas, empezando por las bíblicas o textos considerados sagrados. En éstos, las emociones son obligadas a permanecer en silencio, bajo llave, pero se las reconoce por la vía de lo que tácita, u ostensiblemente se valora y/o prescribe. Figuran detalladamente expuestas tanto en las acciones reprendidas como en las recompensadas (Ángel caído, Eva, Caín, Abel, Abraham, etc.. en la tradición judaica o cristiana). Y, por supuesto, en los relatos clásicos, arrancando desde los Veda hindúes y tradiciones orientales, Sumeria, Egipto, Grecia y Roma, Medioevo y Edad moderna hasta la Contemporánea (Bloom, 2012)[7].

La Poesía será el único medio que guarde, mayormente, la contención expresiva de los vocablos, evitando su malsonancia y aspirando a hacer excelso lo, a todas otras luces, negro, si se me permite el juego semántico. Las pasiones desbordables y desbordadas humanas.

Yendo ya a lo que nos ocupa, expongo que, en nuestros días, luego de estos múltiples avatares, y tras normalizaciones sociales de todo cuño y extensión que las regulan (Bordieu,2012)[8], cabe la observación de verlas sobrevivir hoy de una forma natural. Cuando menos, sociológicamente  llamativa, en cuanto que lo hacen perfectamente visibles –sonoramente más bien- e hiperbólicamente pero, paradójicamente, sin llamar para nada la atención. Diríase que los oídos las escuchan y atienden sin escucharlas. Una especie de liturgia en latín con carta blanca. Los significantes son empleados como desprovistos del significado, pero significando. La cuadratura del círculo.

 

Joaquín Sabina

AMORES QUE MATAN.

Yo no quiero contigo ni sin ti; 
lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes, 
es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas 
y matarme contigo si te mueres 
porque el amor cuando no muere mata; 
porque amores que matan nunca mueren.

 

Sin necesidad de ir a latitudes extranjeras[9], encontramos por doquier textos hiper-expresivos, donde no es, ya, que abunden los contenidos considerados románticos, sino que siguen siendo -con gran diferencia- el principal reservorio temático, cuasi garante del éxito inmediato: los amores, desdenes, celos y venganzas, reproches, engaños, lamentos, arrepentimientos, tristeza, desesperación y locura. Los achares de amor, el alcohol, el sino, el destino y la suerte; la muerte, la cárcel, los secretos, el olvido…

Mucho más que los de corte filosófico medioambiental o político, propios de los fascismos terminales o los imperialismos (Vietnam, Guerra fría, Mayo del 68): Paco Ibáñez, Víctor Jara, Joan Báez, Moustaki…

Y no solo esto, sino que -y esta es la paradoja que da sentido al artículo- textos donde se recrimina duramente el comportamiento de  la pareja que hace sufrir y, sin embargo, en un trastocamiento completo del significado, se bailan en paroxismos inconscientes de alegría, pocas veces censurados. Una suerte de exorcización emocional vicaria (Levy-Strauss, 2007). Incluso en los tiempos actuales del “Me too”.

Antonio Aguilar

LA ENTERRADORA

Si la ven, quémenla en leña verde.
Si la ven, mátenla por traición.
Ando en busca de la enterradora,
de la enterradora de mi corazón.

Me entregué como pocos se entregan
Le confié mi secretos de amor.
La adoré como pocos la adoran.
A la enterradora, me enterró en dolor.
Mala hierba que arraiza en el cerro.
Leña verde que no sabe arder
que se pudra pa siempre en el suelo.
Y tú enterradora no sabes querer

 

Ráfaga

MENTIROSA

¡Mentirosa! Mentirosa!

No vuelvas más… nunca más. 
Hoy tiene dueña mi corazón,

no creo más en tu falso amor. 
Mentirosa! Mentirosa!

No vuelvas mas aquí… ¡nunca más, a mis brazos! 

Mentías, cuando me decías, que yo era solo para ti. 
Mentías, cuando me decías, que sin mi amor no eras feliz. 
Mentías, de mi te reías, y te burlabas de mi gran amor. 
Mentías y yo te creía,

me destrozaste el corazón…

con tus mentiras!

 

Oír a quinientas, o mil personas, tararear y bailar alegrísimos con estas canciones es no ya solamente un acto festivo, sino maravillosamente transportador. Casi imposible, no dejarse contagiar.

Para evidenciarlo, tampoco necesitaremos recurrir al sinfín de letras divulgadas de carácter extremófilo como las que hemos seleccionado. Basta con mantenernos en textos de lo más correcto. Las multitudes consumen romanticismo rosa como consumen pan y televisión[10]. Esta es la gracia lograda del ritual.

Las canciones de las más famosas óperas mundiales, zarzuelas, etc.. como “Carmen”, “El Amor Brujo”, etc, acogen con pasión, desde antes de la Grecia y Roma antiguas, a la Vida y la Muerte siempre de la mano. Eros y Thanatos. Placer con Dolor. No existen los matices de color; sólo el blanco inmaculado y el negro más intenso. La sociedad tiene que exorcizar como sea esas tensiones y sufrimientos. Lo hace mediante estos recursos de comparación social (Festinger, 1954) que contribuyen a amortiguarlos: A los demás también les pasa… y mayores.

Leyendas de amor cruentos o imposibles. Los libretos de estas tragedias, representan sin tapujos los mayores dramas afectivos que suelen sufrir los humanos en su singladura vital, ni siquiera superados por los debidos a enfermedades o calamidades naturales.  Y es que en estos últimos, el azar contribuye a amortiguar el dolor de las pérdidas en cuanto que no existe la componente de culpa por lo sucedido; al menos, en las sociedades occidentales secularizadas. La difusión global de las comunicaciones está logrando sensibilizar sobre estos sinsentidos, visualizarlos, condenarlos, en su caso, y cambiarlos.

Francisco Alonso. Zarzuela “La Linda tapada”

CANCIÓN DEL GITANO

En la Cárcel de Villa, hoy me van a encerrar, 

pues con pena castigan el delito de amar. 

Ella fue mi tormento. Ella fue mi pasión, 

pero un día la ingrata, de mi amor se rió.

 

Por sus malas acciones

la partí el corazón,

pues el mío partido

me dejó su traición.

 

Y los hombres ahora

me querrán castigar,

¡qué me importa el castigo

si no la he de ver más!

Me castigan por matarla,

¡ay de mí !,

sin saber que ya no vivo

y llorando está mi alma,

 

Manuel De Falla

EL AMOR BRUJO

Yo no sé qué siento, ni sé qué me pasa,

cuando este maldito gitano me falta.
¡Ay! Candela qué ardes…
más arde el infierno que todita mi sangre abrasada de celos.

¡Ay!
¡Malhaya los ojos negros que le alcanzaron a ver! 

¡Malhaya el corazón triste que en su llama quiso arder!

¡Lo mismo que el fuego fatuo se desvanece el querer!

Aunque, principalmente, es la literatura, y sus correlatos cinematográficos -junto con las letras de las canciones pop románticas para masas globales de jóvenes y adolescentes-, quienes más descarnadamente visualizan y sienten la sinrazón emocional de sublimación extática, cabe encontrar cientos de éxitos intergeneracionales universales como este de Edith Piaf :

NE ME QUITTE PAS

Yo te ofreceré perlas de lluvia llegadas del país donde no llueve. 
Yo cavaré la tierra 
hasta después de mi muerte, 
para cubrir tu cuerpo de oro y de luz. 
Haré un ámbito donde el amor será rey. 
Donde el amor será ley. Donde serás reina. 
No me dejes. No me dejes. No me dejes. No me dejes 

 

De modo similar, hasta las películas de arte y ensayo cumplen la misma función proyectiva y exorcizante de las emociones. Los personajes, “vehiculan” las que sienten y padecen los espectadores, que las descargan por identificación.

Rescataríamos, sin dificultad, miles de obras magnas de la literatura, tragedia o comedia, novela o ciencia ficción. Teatro, cine, pintura, arquitectura… significativas al respecto, porque el fenómeno que comentamos es el reverso más íntimo y sentido de la especie humana, pero, en este artículo, vamos a ceñirnos a letras y estribillos emotivos famosos de canciones.

Ciertamente, cabría argüirse que estas frases son solo circunscribles a una época histórica anterior, ya en desuso, característica de los siglos o décadas anteriores, pero sería una conclusión falsa, puesto que sigue vigente en multitud de canciones pop súper actuales y exitosas[11]. Lo muestran textos como estos recientes top de Pablo Alborán.  Óiganse y valórense, sin necesidad de abstrusos análisis, su alta intensidad emocional, impensable de mostrarse en la vida real sin ser tachado de pueril o “desequilibrado” :

LOCO

Me llaman loco por no ver lo poco que dicen que me das. 
Me llaman loco por rogarle a la luna detrás del cristal. 
Me llaman loco si me equivoco y te nombro sin querer. 
Me llaman loco por dejar tu recuerdo quemarme la piel. 
Loco, loco, loco, loco, loco. 
Loco, loco, loco. 
Pero si yo pudiera darte un beso, 
sabrías como duele este amor, 
y podré invertir el universo para quedarnos en la nada tu y yo. 
Para mi locura no existe una cura que no sea tu boca… 
que abre el mundo que yo derrumbo si te marchas sola 

QUIEN

No te atrevas a decir te quiero. 
No te atrevas a decir que fue todo un sueño. 
Una sola mirada te basta para matarme y enviarme al infierno. 
¿Quién abrirá la puerta hoy para ver salir el sol,

sin que lo apague el dolor  que me dejó aquella obsesión? 
Me conformo con no verte nunca. 
Te ha bastado una noche con otro para echarme la arena en los ojos… 

Y también, en los éxitos camp de siempre; canciones antiguas de gran raigambre popular adaptadas por intérpretes actuales de prestigio; incluso con aureola de cantautores-protesta; tangos y tanguistas,  juglares y poetisas modernos[12] como Concha Buíka o Pasión Vega.

FALSA MONEDA

Gitana que tú serás como la falsa moneda, 
que de mano en mano va y ninguno se la queda. 
Cruzó los brazos pa’ no matarla, 
cerró los ojos pa’ no llorar; 
temió ser débil y perdonarla, 
y abrió las puertas de par en par. 
Vete, mujer mala, vete de mi vera… 
rueda lo mismito que una maldición, 
que un día me permita que quien tú más quieras 
pague tus quereres con mala traición. 

 

MIÉNTEME BIEN

Reconozco que me enloquecen tus carnes. 
Reconoce que te enamoran las mías. 
Así que si me mientes, casi dentro de mi boca, 
te regalo el resto de mis días. 
Y es que hay mentiras que sientan tan bien, 
que parecen verdades ocultas, 
con secretos que endulzan la hiel, 
de las noches más tremendas y más oscuras. 
Así es que si me mientes, miénteme bien. 
Porque hoy quiero engañarme de nuevo. 
Ya no reino en esas noches orgullosas, 
en las que acabo amaneciendo triste y sola
 

 

VOLVERÁS

Cerró la puerta sin decir adiós. 
Nunca volví a verla, nunca más volvió; 
como yo te quise nadie, nadie te ha querido;

insensata mía, ¿por qué te has ido?. 
Y me dejaste sola como el mar; 
yo vivo como el aire libre pero sin saber adónde va. 
y nadie, nadie, nadie te ha querido; 
insensata loca, por qué te has ido. 
Tú volverás, y cuando tu regreses, amor, 
veras como alguien quiso ocupar mi pobre corazón por ti…

y ya verás como tú a mi me pides perdón,

y  yo, que estoy loca de amor, yo, voy y te perdono. 

NOSTALGIAS

Quiero emborrachar mi corazón, 
para apagar un loco amor, 
que más que amor es un sufrir… 
Y aquí vengo para eso, 
a borrar antiguos besos, 
en los besos de otras bocas… 
Nostalgias de escuchar su risa loca, 
y sentir junto a mi boca, 
como un fuego, su respiración. 
Angustia de sentirme abandonado, 
y pensar que otro a su lado 
pronto… pronto le hablará de amor… 

 

OLVIDARTE

Olvidarte  será fácil, ya lo sé;
tengo a penas que dejar de ver el mar,
y cegarme ante la luz de las estrellas,
no ver llegar la luna detrás del cristal.
Olvidarte será fácil, ya lo sé;
tengo a penas que arrancarte de mi piel,
y cerrar a tiempo puertas y ventanas,
no ver llegar la noche ni el amanecer.
Olvidarte será fácil, ya lo sé;
tengo a penas que matar un sentimiento…
y tapar el sol entero con un velo,
y cambiar mi corazón por uno de papel.

 

Letras de canciones populares defenestradas por las generaciones rebeldes de los años sesenta y setenta que, sin embargo, vuelven y vuelven, con ímpetus sólo explicables por la fuerza de los fenómenos sociales universales que retratan y por la función de necesaria expresión emocional que suponen. Además, claro está, de la calidad fónica de los renovados intérpretes.

La rotundidad dolida de las frases  puede ser manifiesta y, sin embargo, donde quiera que oigamos o miremos con ojos sociológicos racionales, los hallaremos :

 

Amy WineHouse

SABES QUE NO SOY BUENA 

¿Quién fue realmente el primero en dar la puñalada?

Yo misma fui la que engañó,
como sabía que haría.
Te dije que yo era un problema,
sabes que no soy buena.

Rocío Jurado

ESE HOMBRE

Ese hombre que tú ves ahí, 
que aparenta ser divino, 
tan afable y efusivo, 
sólo sabe hacer sufrir… 
Es un gran necio, 
un estúpido engreído, 
egoísta y caprichoso, 
un payaso vanidoso, 
inconsciente y presumido, 
falso enano rencoroso, 
que no tiene corazón. 
Lleno de celos, 
sin razones ni motivos, 
como el viento, impetuoso, 
pocas veces cariñoso… 
inseguro de sí mismo, 
soportable como amigo, 
insufrible como amor. 

 

Carlos Gardel

CUESTA ABAJO EN LA RODADA

Por seguir tras de su huella,
yo bebí incansablemente en mi copa de dolor.

Ahora, triste en la pendiente,
solitario y ya vencido,
yo me quiero confesar.

Si aquella boca mentía,
el amor que me ofrecía,
por aquellos ojos brujos
yo habría dado siempre más.

 

El análisis de contenido de cualquiera de los textos incluidos reflejaría estas constantes emocionales vividas brutal y rendidamente en negativo y doloroso, al tiempo que añorantemente.

¿Debemos concluir con Ana Belén y su comentario de que “la verdad está en el bolero”?… ¿Está en el tango; el Mariachi, el Jazz; la Samba, las Colombianas, El Country, la Trikitixa, Strauss, Chopin…?

Las letras y ritmos de este tenor son interminables. A cual más emotiva. La maravilla contada y cantada, amada o sufrida,  de las emociones humanas. La música humana más celestial. Cuántica: Se oye y no se oye, a la vez. Se quiere  y no se quiere sentir y escuchar. Llena de dobles sentidos. Se dice y no se dice. Se ofrece y se esconde…

 

PARTE 1ª LA BANALIZACIÓN MUSICAL EN ESPAÑA

Retrotrayéndonos a los Años 60, 70 y 80, en España asistimos al conocido fenómeno de inserción en los circuitos internacionales de turismo, cuyo principio rector de relajación de ocio merecido después de haber trabajado (Holzer,1978)[13], nos alcanzó de pleno con mayor estímulo, si cabe, por coincidir con la generación de posguerra caracterizada por la austeridad, la contención de costumbres, prohibiciones políticas y religiosas, etc.., por decirlo en términos blandos.

Ritmos pegadizos para favorecer el desahogo’. Identificación con la metrópoli americana y inglesa. Vendidos cómo indicador de apertura a la modernidad “progre”; Los Beatles en Madrid, El Dúo Dinámico, etc… Grandes éxitos de ventas como:

YELLOW SUBMARINE

Todos vivimos en un submarino amarillo,
submarino amarillo, submarino amarillo.
Todos vivimos en un submarino amarillo,
submarino amarillo, submarino amarillo.

 

CUANDO CALIENTA EL SOL

Cuando calienta el sol aquí en la playa,

siento tu cuerpo vibrar cerca de mí;

con tu palpitar, tus caricias,

yo te adoro, vida mía,

Oh, Oh, Oh…

 

De repente, en esa década, denominada “prodigiosa”, las multitudes descubrieron el valor de otros usos musicales aparte de los Pasodobles y las Baladas azucaradas: El Pop; con algo más de letra protesta; pero en inglés y vestuario corto. En este caso, ya, como fenómenos paralelos de liberación controlada, experimentados con éxito en la Europa democrática, Norteamérica, etc..(Wright Mills, 1957 y 1959)

La puerilidad  y el atontamiento emotivo convertidos en bálsamo amortiguador de las miserias sociales españolas, ayudados por la televisión recientemente implantada. De reclamo, canciones como ésta de Antonio y Carmen Morales:

SOPA DE AMOR

Oh, oh, oh…

Sopa de amor, señor, sopa de amor.
Sopa de amor, camarero
Sopa de amor, señor, sopa de amor.
Sopa de amor, que te quiero.
¡Cómo me gusta la sopa de amor!

Oh, oh, oh…

La fascinación del envoltorio, como correlato lógico gazmoño a las sensiblerías y constricciones del momento, afortunadamente para el franquismo.

Supusieron una manera natural no violenta de ayuda a la transición contenida. Revoluciones de andar por casa. Convencionalismo de pensamiento amoroso, a condición de llevar dentro la palabra mágica: “I love you”. Los sentimientos no parecen necesitar más que muy contadas palabras con ritmo. Mazapanes musicales.

Por otra parte, los años 80 -la movida de Madrid y sus extensiones- supusieron en toda la península urbana, con excepción de sectores musicales cultos, la desviación hacia lo emocional-personal de buena parte de las emociones políticas y sociales inalcanzables o aplazables. La parodia nacional, Alaska y los Pegamoides…, el logro de la libertad, circunscrita, primera y básicamente, a la expresión extravagante, extrema. Individual  tribal. Minoritaria e Inocua.

El culto al individualismo corporal y la puesta en escena estrambótica marcando tendencia, estilo… Libertad, sobre todo, festiva, en volandas de las multinacionales discográficas.

Son llamativas estas expresiones humanas en cuanto que, vistas desde fuera, reflejan cierta idiotización de gestos con juegos de maquillajes ambisexuales, hipersexualización etc.., dando cabida a las, hasta entonces, proscritas: androginia, trasvestismo, homosexualidad, etc… (Preciado, 2011)

Se recuperan y cobra auge, en este periodo y circunstancias, la  infantilización gestual natural de algunos bailes, antes evitada. El hombre y la mujer aniñados; animaliados conforme exigen las emociones; el cortejo sexual y sus excentricidades paranormales. Se hace visible sin complejos el otro hombre y mujer que cada quién lleva dentro.

Como en el resto del mundo salido de herencias católicas o protestantes, aquí aun más acusadas, en España vivimos “a la latina” -pasionalmente- esta clase limitada de liberación musical. Sexualidad tácita y explicita: Chicos y chicas guapitos en candelero, y el despertar del Marketing de usar y tirar, ejercido con adolescentes. Intérpretes de lo más ñoño y mojigato, considerados cumbres de la pre-modernidad:

Cecilia

Era feliz en su matrimonio,

aunque su marido era el mismo demonio…

 

Jeannette…

Yo, soy rebelde porque el mundo me ha hecho así.

No he querido nunca odiar…

 

Por supuesto, con ramalazos de exhibición de copla simplona y tradicional: Lola Flores, Marujita Díaz, Sara Montiel… junto a otra copla popular más auténtica rescatada por músicos, poetas e intelectuales: Los Machado, Lorca, Falla, Rafael de León, Carmen AmayaLos coletazos de la autarquía cultural.

Los rockeros, otrora y en otros ámbitos, cuasi-revolucionarios, parecieron conformarse con esos topes de libertad  puesto que, aunque lograron convertirse en adalides de los derechos humanos en el tercer mundo, se encontraron rápidamente a gusto en los generosos mercados capitalistas.

Son elevados a la categoría de símbolos y liturgia. “Los rockeros nunca mueren” ejemplificado en los Rolling Stones y docenas de grupos y cantantes de los sesenta periódicamente recidivos, como Elvis Presley…; sombras de lo que fueron. Con eso basta, para autoconvencerse de ser realmente libres, poseer el talismán de la eterna juventud, la felicidad, etc..   “Make Peace, not War”… with Music.

Se asiste a letras comprometedoras en inglés -que en esta época y latitudes, apenas alguien entiende- y a otras mucho más insustanciales en castellano, divulgadas hasta la saciedad  -fenómeno de la canción del verano o “los 40 principales”- con éxitos en un idioma que casi nadie comprende, salvo la docena de términos o slogans de la jerga musical y filo-filosófica como hit parade, top, fans, rock, love, peace, you, etc.., en los que la españolidad de la época se hará verdaderamente experta.

Se mantienen, coinciden  o irrumpen, casi a la vez, “Nobleza Baturra” , “Lo que el viento se llevó”, “Mogambo” y el destape español “Vente a Alemania, Pepe”, etc… con las salas X o las películas de Arte y Ensayo surrealistas: Buñuel (Viridiana, etc.. ) Bergman… y por supuesto, “Último Tango en Paris”.

 

El vestuario escaso, inunda la televisión española hasta en Navidad. Sabrina y las “mama chicho” italianas de las primeras cadenas de televisión privadas, de capital europeo.

El adocenamiento masivo es palmario, con la consabidas excepciones culturalistas o políticas minoritarias. Pero la gente está harta de décadas de militancia y limitaciones políticas, valores cristianos  y continencias. Acoge el relativo y controlado desenfreno con entusiasmo. Triunfa el consabido “Sexo, Droga y Rock and Rol”.

Los años noventa, y dos mil en adelante, contemplan la explosión de los Videoclips musicales donde Chica exuberante baila y conoce a Guaperas bailón de torso musculado entre miradas y gestos sexys. Poco más. Conservadurismo fino y entretenimiento. Canalización de la sexualidad hacia el marketing. Se renuevan incesantemente sonidos anteriores o irrumpen nuevos: Funky, Indie, Hip Hop, New wave, Tecno-pop, Reggae, Grunge, Rap, Pop-rock..

Se añaden a la escena, junto con el exotismo y erotismo negro o caribeño -Lambada-, la Música-Disco rítmica y sonora, Michael Jackson, Spandau Ballet, Tina Turner, Durán Durán, Lady Gaga, etc…

Proliferan las Revistas musicales para púberes y menos púberes, el endiosamiento de los intérpretes, Disney Channel, etc, etc… Emociones a la carta. No son muchas: Excitación, Amor, Desamor, Poder, Machismo, Feminismo…

Pegadizas melodías, bien tocadas, pulsando, también, irresistiblemente, el corazón de la gente, como éstas de Maná, un grupo de enorme éxito internacional:

 

COMO QUISIERA
Poder vivir sin aire;
cómo quisiera;
poder vivir sin agua;
cómo quisiera;
poder vivir sin ti.
Pero no puedo;
siento que muero.
Me estoy ahogando sin tu amor…

 

MARIPOSA TRAICIONERA

Eres como una mariposa; 
vuelas y te posas; vas de boca en boca; 
fácil y ligera de quien te provoca. 
Yo soy ratón de tu ratonera; 
trampa que no mata pero no libera; 
vivo muriendo prisionero… 

 

CONCLUSIONES

Más allá del acompañamiento sonoro, tan favorecedor del “aturdimiento” de la razón y la sintonización corporal con las cadencias rítmicas necesarias para la ensoñación, energización y puesta en onda de las energías y la interacción, es sintomático que las letras de las canciones -que inundan el aíre en cualquier institución social- tengan contenidos tan nítidamente emocionales e irracionales, muchas veces, asociales.

Fuera de estos espacios-tiempo regulados, el estallido de lo emocional que late en los textos y gestos de las canciones pop y coplas populares (Hurtado Balbuena, 2003), haría enrojecer de vergüenza a cualquier grupo o persona.

Sin embargo, se realizan, oyen y cantan diaria e insistentemente, en todas las cadenas de radio o programas de TV. Lo hace cada persona y grupo social. En cualquier fiesta o concierto, constituyen y el verdadero leit motiv aglutinador de miles de asistentes a esos conciertos, o millones de televidentes, a lo largo del planeta; en especial, aquellos situados en las franjas que van desde los diez hasta los sesenta años y más, puesto que no desaparecen, sino que acompañan el imaginario vital de cada persona en su trayectoria biográfica que, esta explosión de libertades, contribuye a alargar[14].

De la misma manera sucede con los textos más directamente contraculturales. A menudo, primarios, radicales, obscenos u ofensivos, ardorosamente cantados o vociferados por doquier, sin ningún comedimiento, como dentro de un paréntesis invisible, puerto franco o bula social, respecto de las interacciones habituales.

El autor cree descubrir en todo lo expuesto, los siguientes aspectos conclusivos, algunos de los cuales conviene sopesar cuidadosamente, por su importancia sociológica:

1.- Las huellas imborrables y constitutivas de las emociones y los sentimientos en cuanto que necesidades humanas de primer orden que, por ende, han necesitado milenios de finas regulaciones sociales. Capaces, a un tiempo, de poner cauce social ritualizado a grandes fuerzas caóticas -desintegradoras de lo social, en parte-, y permitir que se expresen en tanto que naturales, necesarias y, también, funcionales (Onfray,2010)[15].

De modo semejante a como los humanos, costosamente, han canalizado, institucionalizado, la violencia sacrificial o las normalizaciones sexuales (Preciado, 2011).

2.- El difícil aprendizaje de la confrontación relacional humana: Las tensiones y riesgos de la comunicación: La sujeción de la libertad y necesidades propias ante la libertad y necesidades, distintas  y complementarias o disonantes, del otro. El mantenimiento, doloroso y dañado de la personalidad, a pesar de las eventuales incomunicaciones y vinculaciones no logradas. La inteligencia emocional, como la principal herramienta a usar para intentar alcanzar nuevas re-vinculaciones (Goleman, 1996) (Goleman, 2006).

3.- Se sugieren unos corolarios indeseados: el poso, preocupante en esos textos, por su virtual poder de justificar emociones y acciones irreflexivas de graves consecuencias; esto es, letras que -a modo de caldo de cultivo- pueden agrandar, irrealmente, las expectativas emocionales de las personas. De manera que, en su choque brutal con lo real deriven en fuertes desengaños, maltrato, depresión, etc..[16]  Una especie de “mal contagio” por identificación. Comunicaciones fallidas por rigideces desadaptativas, etc..

Cabrían, por ejemplo,  sondearse casos de posibles efectos adversos causados, en algunas cabezas jóvenes e inmaduras, por  tales  letras hiper-románticas. O daños exarcebados de desamor, sinsabores de injusticia, etc.. sufridos por quienes las toman al pie de la letra, exigiéndoles esfuerzos personales y, quizás, médicos, para calmarlos y resolverlos.

Estas emotividades ensalzadas pueden llegar a estar en el origen de algunos sucesos lamentables pasionales que llenan los diarios de noticias, lo mismo que las consultas de psiquiatras, juzgados, abogados… y  cárceles.

Fantasías de amor exageradas. Vicariadas en mitos y textos, actores, músicos, etc.. que pueden llevar a ciertos individuos a constituir psicologías desadaptadas que, a buen seguro, a la postre, redundan en hacer su vida normal más conflictiva, dada la enorme distancia que tienen con la realidad cotidiana.

Los Panchos

SI TÚ ME DICES VEN

Pero si tú me dices ven, lo dejo todo; 
que no se te haga tarde y te encuentres en la calle, 
perdida, sin rumbo y en el lodo. 
Si tú me dices ven, lo dejo todo.

 

¿Es razonable suponer que lo que va a sentir y necesitar una persona, educada con estas letras y personajes en el amor absoluto, será dolor -y un tiempo de duelo prolongado- si descubre que no le aman tan “exclusivamente” como parecía?. Descubrir que ni ella o él mismo aman así.  ¿Cómo reaccionará cuando le digan o perciba que “en el amor y en la guerra” todo vale?

Se señala como socialmente conveniente, esta deconstrucción sociológica a efectos de proponer tareas educacionales que vacunen preventivamente contra estos excesos y absolutos, de manera que las cabezas no queden tan afectadas por los libretos emotivos o justicieros morales.

Porque, en lo negativo, estas emociones sentidas y expresadas, reflejan disfuncionalidades humanas latentes muy potentes, propias de su dividida naturaleza y sus delicadas estructuraciones de personalidad: autoestima, miedos, debilidades…

En lo positivo, lo ya expuesto: sentimientos tales, creencias, textos  y ensoñaciones, funcionalizan las “vidas carenciales” de miles de personas, favorecen las ceremonias de unión y creación de familia, el mantenimiento del orden social así como su reproducción, el consuelo por semejanza, la expresión de la afectividad y la personalidad, la energía, socialidad, etc..

4.- Son textos que contribuyen -a la vez- a prescribir, reforzar y normalizar los modos razonables de vivir en sociedad. Enseñan a sentir y descargar sentimientos. A comunicarlos. Incluso, preparan para lo negativo.

Toda la regulación social está contenida en esas letras. Lo deseable, lo ideal… tanto como lo proscrito. Directa e indirectamente, cada cabecita individual aprende de amor y desamor, de respuestas nobles e innobles ante las injusticias o el desengaño. Quizás, por las leyes del azar, se aprende tanto a activar sentimientos como a desactivarlos.

El gran calibre de lo pasional en los humanos es habitualmente mostrado por el contenido y formas de los textos y gestos parejos de las canciones; además, lógicamente, de otras manifestaciones artísticas y humanas. Lo mismo, su gran creatividad y diversidad.

Las letras  y presentaciones personales alrededor de las canciones -vestuario, maquillaje…- hablan nítidamente de lo que somos: Humanos. Seres sentimentales, carenciales y comunicadores. Vehiculan toda clase de emociones nuestras; no solo afectivas o sexuales, sino interactivas, políticas, espirituales, ambientales… y lo hacen siempre -directa o simbolizadamente- en la gradación continua que va desde textos híper negativos a híper positivos; puestas en escena tendentes a llamativas, y actuaciones, habitualmente, más ostentosas que contenidas.

No es tan solo que el marketing lo imponga por rachas; es que todas esas estructuras “significante-significado” de deseos y necesidades vinculares o expresivas están activas dentro de nosotros. De ahí, el éxito de los Reality Shows, Facebook, Twiter, Youtube, Instagram, etc..

Una vez más, tenemos delante la doble naturaleza racional e irracional de la especie. Inextirpable… Ritualizada. Tal es el signo de lo humano. No le queda al sociólogo sino observarlo y comentarlo en un ejercicio personal de dar la luz y maravillarse.

Para cerrar el artículo, una sencilla letra de Juan Pardo -lo cortés no quita lo valiente- y varias máximas de escritores y poetas acordes al espíritu del artículo:

Bravo por la música que nos hace mágicos.

Bravo por la gente que esté en conexión…

 

***

 

“En asuntos de amor, los locos son los que tienen más experiencia.

De amor no preguntes nunca a los cuerdos.

Los cuerdos aman cuerdamente, que es como no haber amado nunca”.

Jacinto Benavente, escritor español.

 

“En un beso, sabrás todo lo que he callado”.

Pablo Neruda.

Referencias Bibliográficas

 

Abendroth, W. y Lenk, K. (1968) Introducción a la ciencia política. Barcelona: Anagrama.

Bericat, E.(2000)  Sociología de la emoción y la emoción en la sociología. Papers 62,145-176

Berger, P. y Luckmann, T. (1966) La construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorrortu.1995

Bourdieu, P. (2012) La Distinción. Madrid: Taurus.

Bloom, H. (2012) Genios. Barcelona: Anagrama.

Castilla del Pino, C. (1979) La incomunicación. Barcelona: Península.

Castilla del Pino, C. (1979) La culpa. Madrid: Alianza.

Castilla del Pino, C. (1977) Dialéctica de la persona y la Situación. Barcelona: Península.

Coller, X. (2007) Canon Sociológico. Madrid: Tecnos

Eliade, M. (2013) Mito y realidad. 5ª edición. Madrid: Kairós.

foucault, M. (2012) Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión. Madrid: Biblioteca Nueva

Foucault, M. (1994) El Anti Edipo. Introducción a la vida No-Fascista. Zona Erógena, 18

Freud, S. (2006) El malestar de la cultura. Madrid: Alianza.

Fernández Alcalde, J. (2009) Reflexión Psicosociológica sobre Tribus, Nacionalismos y Ciudadanía  Intersticios Vol 3(1)

Fernández Alcalde, J. & Sabater, C. (2009) Macrociudades Liberales y Delictividad de Supervivencia Organizada.  Intersticios Vol 3(2)

Festinger, L. (1954). A theory of social comparison processes. Human Rel. 7, 117-140.

Girad, R. (1983) La violencia y lo sagrado. Barcelona: Anagrama. 5ª edic.

Goleman, D. (2006) inteligencia Social .Madrid. Kairós.

Goleman, D. (1996) Inteligencia Emocional. Madrid: Kairós.

Gofman, E. (2009) La representación de la persona en la vida cotidiana. Buenos Aires: Amorrortu.

Grof, Stanislav. (1985) Psicología Transpersonal. Barcelona Kairós.1994

Holzer, Horst (1978)  Sociología de la comunicación. Madrid. Akal.

Hurtado Balbuena, Sagrario  (2003) Tesis Doctoral “Los aspectos léxicos-semánticos de la copla española. Poemas y canciones de Rafael León”. Universidad de Málaga.

Marcuse, H. (1977) La permanencia del arte.

Lévi Strauss, C. (1978) Mito y significado. Madrid. Alianza.

Marina, J. A. (2011) Pequeño tratado de los grandes vicios. Madrid: Anagrama.

Marina, J. A. (2007) Las arquitecturas del deseo. Madrid: Anagrama.

Malinovski, B. (1974)  Magia, Ciencia y religión. Madrid: Ariel.

Ortíz-Osés, A. (1988) C.G. Jung Arquetipos y Sentido. Bilbao: Deusto.

Onfray,  M. (2010)  Contrahistoria de la Filosofía. Barcelona: Anagrama.

Preciado, B. (2011) Manifiesto Contrasexual. Barcelona: Anagrama.

Schultz, U. (1994) La Fiesta. De las Saturnales a Woodstock. Madrid: Alianza.

Villa, A. y Marroquín, M. (1995) La comunicación Interpersonal. Bilbao: Mensajero

Wright Mills, Ch. (1959) La imaginación sociológica. México: FCE.

Wright Mills, Ch. (1957)  La élite del poder. México: FCE.

Weber, M.  (2012) La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Madrid: Alianza

Wilson, E. O. (1980) Sociobiología :la nueva síntesis. Barcelona: Omega.

 

 

 -Bilbao, 2013-

 

[1] Sociobiologismo: El darwinismo; de motor evolutivo y comportamental. La diferenciación, la híper acción o el prestigio, el poder, la fuerza, etc… como reclamos de la energía disponible y la promesa tácita de garantizar la supervivencia, los mejores genes, etc..

[2] Dante escritor de “la Divina Comedia” advirtiendo contra pecados y pecadores; o similarmente, El Bosco, en su obra: “Cave, cave, Dominus videt” ( Cuidado, cuidado, Dios os ve) etc, etc..

[3] En este artículo, no se entra en el reparto de roles emocionales por género, clase, etc.. ( Bourdieu, 2012)

[4] Sociológica y psicológicamente, las liberalizaciones sexuales y los reconocimientos crecientes de diversidades de género, son, posiblemente, de las mayores normalizaciones sociales conquistadas y conquistables por las sociedades humanas. Hitos culturales históricos de enorme repercusión futura. Ver Preciado (2011). Lo que no quita para intuir que puedan estar siendo favorecidas y dirigidas por  razones espurias tales como que estimulan el consumo -tan necesario al orden neocapitalista- y desvían fuerzas sociales de objetivos más temidos: protestas, revoluciones…O, quizás, por la necesidad europea de estimular la natalidad, etc, etc… Está pendiente todavía la normalización relacional, introducida ya por Habermas, entre animal y humano.

[5] No tardaremos en verla extendida por  todo el orbe, incluidos los países de fe islámica.

[6]También, Malinovski (1974); Levy-Strauss (2007)  o Girad (1984), entre otros.

[7] Ver también del mismo autor: El canon Occidental; El futuro de la Imaginación.  Barcelona. Anagrama

[8] Cabe deslindar este consumo de letras de canciones por estratos sociales

[9] Cabría incluso analizar el fenómeno, tan español y  latino como japonés, ruso o mandarín, sobre el porqué de que -aun desconociendo el idioma inglés de la mayoría de éxitos musicales experimentados-  la sola imaginería escénica del grupo o solista, y la melodía, bastan para producir -en todo el orbe- ensoñamientos tan irresistibles.

[10] Los mismos nombres de los artistas son de corte provocador: “antinorma”

[11] Posiblemente, las características de segregación sexual vivida por la sociedad española post guerra civil o en las culturas latinas, digamos que religiosas o premodernas, contribuyan -en nuestro hinterland cultural- a la preponderancia de canciones de temática sentimental  más claramente sexual frente a otros intérpretes, más culturales o contraculturales y diversificados, como puedan ser Leonard Cohen, Xabier Lete, Bob Dylan, Joe Cocker, Jimmy Hendrix, Rolling Stones, Miguel Ríos, Barricada, Triana, Luis Llach, Izukaitz, Oskorri…

[12] Lógicamente, el tratamiento léxico de los cantautores tiende a lo poético, cultivado,  medido y diversificado. Es el caso de Amancio Prada, María del Mar Bonet, Benito Lertxundi, Mekano, Fito y los Fitipaldis, Los Secretos, etc.., de letras y melodías cuidadas. Por otra parte, la canción política merecería mención aparte, fuera del tema de este artículo.

[13] Ver también Abendroth y Lenk (1971) Introducción a la ciencia política. Barcelona. Anagrama

[14] Apuntar que podría analizarse parte de esta promoción intensa de la relajación de costumbres, no solo como debida a los factores que comentamos, sino, también,  como un intento dirigido y encubierto de fomento de la natalidad en el envejecido Occidente. En todo caso, como favorecedor claro de “la salud” social pública, similarmente a como lo logran el futbol y otros espectáculos de masas.

[15] Pese al ingente esfuerzo censor puesto para silenciar lo emocional.  

[16] Valórese la importancia de los vínculos sociales. Fernández Alcalde (2009) Intersticios Vol. 3(1)

 

.