CON DEDOS DE ACEITE
Anoche me puse a buscarte;
con dedos llenos de aceite
unté los faroles
en la ciudad de tu cuerpo dormido.
Hice tanto ruido
que la ciudad entera se levantó
encendiendo las luces.
Zapatos Charol Mate
-Pasarela 2012-
Me hago a la idea de que mudaste de piel.
Cambiaste los tacones de los zapatos.
Les pusiste agujas…
Según alejabas la serenísima majestad de sierpe,
llevabas los pechos enhiestos.
Hocicos de áspid insatisfechos.
Te quejabas de que habían comido hambre.
Los sentí indigestos.
Caminaban rellenos de veneno.
Habías desprendido la mitad de la lengua,
dejándola sobre el árbol del bien y del mal,
enroscada en nudo sobre el cuello del presunto difunto.
Antaño palabras de perlas,
mudadas las escamas malgastadas,
agonizaban convulsas por el suelo.
Amarillas y enceradas.
Quemaban cual un flujo menstrual ácido.
Nota.- Zapatos que, tal vez, en la lluvia del invierno, brillen rosas como antaño, para gozo de mis pupilas y dedos de aceite. Así lo deseo.